El nuevo paisajismo se alía con la historia en el parque de San Domingos de Bonaval. Situado junto al barrio de San Pedro, entrada natural a la ciudad para los peregrinos que recorren el Camino francés y los caminos del Norte, incluye los espacios y restos del antiguo cementerio y huerta del monasterio que los dominicos fundaron en la ciudad.
El parque de Bonaval es un buen ejemplo de una realidad que cada vez más peregrinos y visitantes de la ciudad van conociendo: la ciudad de Santiago además de una joya arquitectónica, una ciudad de granito, es también una ciudad verde con numerosos parques y jardines. Muchos de estos parques, al igual que el de Bonaval, han sido creados en los antiguos huertos de los monasterios y todos ellos revelan el respeto que ciudad mantiene por su faceta más rural, su proximidad al campo y al mundo rural que la abraza.
El espacio de Bonaval fue transformado en parque en 1994 como parte de un ambicioso proyecto encargado al arquitecto y paisajista portugués Álvaro Siza, proyecto que además del parque incluyó la construcción del Centro Galego de Arte Contemporáneo y la integración de las edificaciones del antiguo monasterio, sedes del Museo do Pobo Galego y el Panteón de gallegos Ilustres. El resultado es una de las áreas con mayor potencial turístico de la ciudad en la que se ha logrado una perfecta fusión entre los restos arquitectónicos y etnográficos, cuidadísimos jardines, zonas de césped y de bosque.
El acceso principal al parque está junto a la Puerta del Camino, al inicio de la rúa de San Pedro, entre los dos museos citados. En esta primera área del parque destaca la presencia de algunos de los árboles más antiguos de Galicia, así como un hermoso espacio que acoge la escultura “Porta da Música” de Eduardo Chillida.
El huerto del monasterio y parque actual se alza en la ladera de una colina, en un terreno en pendiente que los arquitectos han resuelto creando una serie de terrazas y rampas y escalinatas de acceso. En esos espacios se alternan las zonas llanas de césped con otras en pendiente, los restos arquitectónicos con cuidadas rocallas y manchas de color.
La parte más alta del parque consta de una zona boscosa, una carballeira o robledal, y el área que rodea al antiguo cementerio. El área que rodea al cementerio, con hermosas vistas sobre la iglesia del monasterio y el casco histórico de la ciudad, se ha convertido en una zona muy frecuentada por la población de Santiago, sobre todo por los estudiantes, pero también cada vez más por los turistas y visitantes de la ciudad. Además la estructura del viejo cementerio se ha consolidado, convirtiéndose en un espacio de juego e, incluso, en sede de proyecciones cinematográficas al aire libre durante el verano.