Un rincón muy especial de la ciudad de Santiago es la Casa de la Troya, antigua pensión de estudiantes de finales del siglo XIX, convertida en un museo de corte romántico. La arquitectura y decoración de esta pensión histórica, permiten al visitante revivir la experiencia de la vida universitaria de Santiago en otros tiempos, aquella que Alejandro Pérez Lugín retrató en su novela «La Casa de la Troya» a través del estudiante Gerardo Roquer y sus compañeros.
La pensión-museo está alojada en un edificio histórico del siglo XVIII, que funcionó como pensión de estudiantes en los tiempos inmortalizados por la novela de Pérez Lugín, entre 1886 y 1906, cuando su propietaria era Generosa Carollo. Posteriormente fue regentada por varias familias hasta los años sesenta, cuando su deterioro obligó a promover una recaudación de fondos para rehabilitarla. Se inició ahí su cambio hacia su función de museo, un museo muy amado por los compostelanos y los estudiantes, así como por visitantes de todo el mundo que -a pesar de la distancia cronológica-, reviven en ella sus propias experiencias estudiantiles y de juventud.
Adquirida por el ayuntamiento de Santiago y reconvertida en museo gracias al patronazgo de Benigno Amor Rodríguez, actualmente forma parte de la red de museos de Galicia y está abierta al público durante varios meses al año (entre mayo y septiembre).
El interior de la casa-museo está decorado y ambientado con muebles y útiles de finales del siglo XIX. Junto a las dependencias de la pensión, tiene un papel central el antiguo sótano, actualmente dedicado a las tunas universitarias y, en particular, a la Tuna Compostelana. El visitante puede realizar un viaje por la historia de estas agrupaciones musicales de estudiantes -con gran protagonismo en la novela de Pérez Lujín- a través de una colección de instrumentos musicales, becas, capas, trofeos y fotografías.
Junto al espacio dedicado a las tunas, destacamos la existencia de una biblioteca histórica en la que se conservan ejemplares de distintas ediciones de la novela «La Casa de la Troya» y publicaciones de autores relacionados con Pérez Lugín y su novela o con la temática compostelana, desde Valle-Inclán a Camilo Bargiela, Manuel Casás o Enrique Labarta.
Para comprender la importancia y popularidad alcanzada por la novela “La Casa de la Troya», basta recordar que fue llevada al cine en cinco ocasiones. La primera versión data de 1924, pero la más popular fue la filmada en 1959, dirigida por Rafael Gil y con Arturo Fernández como protagonista.