En 2016 decidió separarse de su marido, habían estado juntos 25 años pero no estaban bien y en aquel momento ella decidió que no era posible seguir así y dejó a su marido. Su marido era un hombre muy exigente e intolerante que desde hacía tiempo no le hablaba, no la reconocía, le pedía todo pero no daba nada.
Los dos tienen un hijo que cuando se separaron tenía ya 21 años. Desde niño su hijo tuvo muchos problemas de aprendizaje, ella hizo un gran esfuerzo para ayudarle a avanza, se ocupó de sus tratamientos, sus terapias… Fueron años muy difíciles, ella trabajaba y a la vez se esforzaba mucho para que su hijo pudiese avanzar en el colegio.
Esos años fueron pasando, pero ella seguía viviendo con un marido siempre más cerrado e intolerante. A un cierto punto recuerda que frecuentaba a un fisioterapeuta y un día le llegó la noticia de que esa persona había muerto, era joven, 47 años, y había muerto de repente. Esa noticia le afectó muchísimo, recuerda que se metió en la cama y no conseguía levantarse. Fue un momento decisivo que cambió su vida, dice “las campanas sonaron”. Supo que lo que la afectó tanto fue darse cuenta de que la vida seguía y ella no podía seguir viviendo como vivía, de algún modo en su interior estaba muerta.
En ese momento se enfrentó a su marido, le pidió explicaciones de su comportamiento con ella y le anunció que lo dejaba. Su hijo era ya independiente y ella se siente muy orgullosa de haberlo ayudado a serlo, de modo que se fue y ahora tiene una vida propia, trabaja y sigue adelante. Pero los años que siguieron a su decisión fueron difíciles, sus problemas incluso se complicaron, supo que su mejor amiga comenzó una relación con su marido y eso fue muy duro para ella.
Cuando se separó y comenzó una nueva vida decidió que quería hacer algo nuevo, algo que no hubiera hecho nunca y que no le recordara para nada a su marido. Lo primero que se lo ocurrió fue buscar un destino de vacaciones en Google… Le gustaba España, conocía un poco el país pero no el norte, salvo Asturias, había hecho senderismo allí en una ocasión y le había encantado. Comenzó a hacer búsquedas para visitar todo el norte de España y fue así cómo se encontró con el Camino de Santiago, en Google, con el Camino del Norte. Era perfecto para ella.
Comenzó un proyecto: se informó, consiguió una credencial, el material… Voló a Bilbao y comenzó a caminar, durante dos semanas estuvo muy sola, en realidad ella quería estar sola, había peregrinos pero cree que ellos comprendían que ella quería estar sola y lo respetaban. Eso sí, por la noche, en los albergues, hablaba con los demás. La tercera semana fue diferente, comenzó a caminar con otros. Llegó a Santiago y regresó a Alemania con fotos increíbles de su viaje pero sin darse todavía cuenta de lo que su Camino había supuesto para ella, lo supo a su regreso: todo el mundo le decía que la encontraba cambiada, radiante, sonriente… Entonces pensó que tal vez era un efecto del Camino, de haber recorrido lugares maravillosos, estado sola, hablado con tantos desconocidos… Habían sido unas vacaciones maravillosas.
En otoño su empresa siempre pide a los empleados que pidan los días de vacaciones que les queden dentro del año y, llegad ese momento, pensó que podría regresar a Santiago… Volvió al Camino, caminó desde Avilés a Santiago. De nuevo caminó mucho sola, vino sola y comenzó sola, pero siempre que quería encontraba y todo salía siempre bien. Recuerda que una vez no encontró cama al final de su etapa, se sentó en un bar y algo ocurrió… ¡La mujer que trabajaba en la cocina la llevó en su coche a un albergue a 15 kilómetros! Recuerda que sintió un sentimiento especial por el Camino. Los últimos días caminó mucho con una mujer, sólo tras cinco días su compañera le dijo que era psiquiatra, pero eso no cambió nada para ella, ella sabía que para ella la terapia era el Camino, nadie puede saber o imaginarse lo bien que se sentía cuando llegó a Santiago.
Regresó de ese segundo Camino a Alemania en octubre y comenzó a moverse en Internet, a participar en grupos de peregrinos… y encontró nuevos amigos, todos peregrinos. Eran personas con las que conectaba, tenían muchas cosas en común. Comenzó a quedar con ellos, a asistir a conferencias, a salir a caminar, se encontraron antes de Navidad… Todos ellos tenían historias particulares, todas diferentes, pero la unión entre peregrinos funcionaba.
En mayo de 2018 regresó de nuevo al Camino, comenzó en Saint-Jean-Pied-de-Port y caminó hasta Burgos; y de nuevo regresó en septiembre, cuando recorrió el Camino Portugués de la Costa. Todavía disponía de unos días y finalmente decidió atreverse con una experiencia nueva: caminar en Navidad.
El proyecto surgió de un encuentro al final de su Camino de la Costa. Fue un Camino muy solitario, la mayoría de los peregrinos que encontraba acababan cambiando al Central, dejándolo por falta de días… Al final de su recorrido decidió ir a visitar a un peregrino alemán que conocía gracias a Internet. Ese peregrino había recorrido Europa e incluso lugares de África caminando, lo seguía en Facebook, ella lo seguía mientras recorría el Portugués y sabía que estaba viviendo un tiempo en Fisterra. Cuando llegó a Santiago decidió visitarle, tomar un café con él, se encontraron y hablaron, él le explicó sus ideas y sus proyectos… A partir de entonces han estado en contacto y fue él quien le dijo que haría el Camino en Navidad, que había un grupo… Ella no pudo caminar pero sí vino el día 30 a Santiago a recibirlos, celebró el Año Nuevo con el grupo, fue genial, y después ha pasado una semana maravillosa en Fisterra, caminando por la playa y hablando de ideas conectadas con el Camino.
Su vida ahora está vinculada al Camino, se siente feliz de haberlo encontrado, es su mundo también en Alemania, donde sigue en contacto con el Camino y muchos peregrinos. Volverá el año próximo, tal vez en junio continuará su francés desde Burgos… y quiere caminar con su hijo en otoño, cree que tendrán tres semanas para caminar juntos, tal vez desde Ponferrada a Santiago o hasta Fisterra. Realmente ha encontrado una vida. Frente a lo que mucha gente piensa de la red, ella ha encontrado a muchas personas a través de Facebook, no son relaciones virtuales, son personas a las que luego ha encontrado y encuentra en la realidad, comparte su vida con muchos de ellos. El mundo de las redes no tiene que ser negativo, depende del uso que tú hace de él.