En 1981 una amiga y ella vinieron a España con un pase de trenes (Eurailpass) para recorrer Europa en tren. Recuerda que cogieron un tren en Vegadeo para ir a Ferrol, Coruña y Vigo, pero al mirar el mapa vio Santiago y le propuso a su amiga bajar y visitar la ciudad. Increíblemente era el día 25 de julio, la fiesta de Santiago, por lo que su visita fue muy especial. Les impresionó el botafumeiro, la catedral llena de gente. Se marcharon muy impresionadas, siguieron su viaje pero ya con el tema de Santiago y su Camino de peregrinación en la cabeza.
Luego su vida cambió: conoció a su marido –hijo de asturianos-, se casó, empezó a trabajar, tuvo hijos… Su marido y ella solían caminar en la reserva ecológica de Buenos Aires todos los domingos, pero el Camino parecía algo imposible por entonces.
En 2006 tuvieron la oportunidad: iban a venir a España por una boda y ella le propuso a su marido aprovechar el viaje e intentar hacer al menos una parte del Camino. Hicieron entonces varios tramos, su marido en bici, ella a pie, y comenzaron entonces a ver y vivir lo que era la peregrinación a Santiago.
Después de aquella experiencia ella empezó a informarse y vio gente que la mayoría de los países estaban muy organizados, que tenían asociaciones nacionales para informar y ayudar a preparar el Camino. Buscó la asociación Argentina y no la encontró, de modo que pensó que ellos mismos podían hacerlo: la crearon y registraron su nombre.
Finalmente en 2008 pudo hacer su primer Camino. Una amiga había tenido y superado un tumor y quería ir al Camino, ella misma había superado uno en 2005 y quería dar las gracias también por haberlo superado. Así pues las dos vinieron al Camino por razones de fe y agradecimiento. Empezaron a comienzo de septiembre en Saint-Jean-Pie-de-Port y llegaron a Santiago en octubre.
Era su primer Camino y surgieron contratiempos: el Logroño tuvieron que cambiar de mochila y en Cacabelos sufrió una tendinitis muy fuerte, pero no abandonaron, se resolvió todo con un día de reposo.
Desde 2008 el Camino de Santiago es un aspecto esencial de su vida. Esa experiencia le quedó grabada. Era un momento importante en su vida, tenía a sus padres enfermos, de hecho los dos murieron en 2009, pero ella supo enfrentar todo aquello muy bien, como si ellos al partir la hubieran dejado en el Camino de Santiago y toda la red de amigos que ese Camino te abre.
Desde entonces ha vuelto muchas veces a Santiago y al Camino, conoce bien el Camino francés pero también otras vías que ha recorrido: el Camino del Salvador, el Lebaniego, el Camino Inglés, el Camino Portugués, Camino del Norte, Camino Sanabrés. Y siempre cuando ha llegado a Santiago se ha sentido en casa. No tienen origen español pero sí un contacto especial con Santiago.
Cada Camino ha sido diferente, pero en todos le gustó el hecho de ir caminando y viendo cosas y personas nuevas, todos iguales en tanto que en el Camino no hay clases sociales: todos duermen en el mismo albergue, todos comparten la mesa para comer juntos… Le gustó y le enganchó la solidaridad del Camino, como se ayudaban entre todos, primero la ayudaron a ella y luego ella a otros. Por eso quiso ser hospitalera, por lo vivido en el Camino: una solidaridad real.
Este año acaba de estar 20 días como hospitalera voluntaria en O Cebreiro. Fray Paco, el popular franciscano de Santiago, está en O Cebreiro desde octubre pasado y ella ha podido participar en sus misas y ver cómo participa mucha gente en sus ceremonias, en su oración por la paz. Cree que lo que ha vivido allí es verdaderamente peregrinación y peregrinos, independientemente de que lleven mochilas o no.
De sus caminos y su trabajo como hospitalera recuerda muchas historias personales, historias de superación y fe, de gente muy luchadora, como una mujer canadiense que caminaba con una mochila de oxígeno o un peregrino siendo hospitalera le entregó dos credenciales, ella le dijo que con una era suficiente y él le respondió que era por su hijo, que iba con él a través de la credencial, no sabe mucho más pero le emocionó.
Tras su primera peregrinación en 2009 se pusieron a trabajar seriamente con la Asociación –que sólo habían registrado- y consiguieron hacerla una realidad, legalmente y en la práctica.
Con la asociación tuvieron participación en la peregrinación a la Antártida del buque Oceanográfico Hespérides un proyecto impulsado en España por la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago sellando las credenciales de los peregrinos en Buenos Aires. El buque oceanográfico de la armada española incluyó entre las distancias que figuran en la Antártida la que la separa de Santiago (17.073 km). Ese buque, que realiza el viaje cada año, para en su país en Ushuaia y en Buenos Aires. Estuvieron con ellos y algunos de sus tripulantes incluso decidieron hacer parte del Camino a pie, desde Pontevedra. De ese proyecto surgió una muestra fotográfica que estuvo en muchas ciudades de España y ahora está en Buenos Aires. Ellos siguen sellando la credencial del buque a su paso por Argentina.
Para ella es importante abrirse a iniciativas como esta. Cree que un peregrino no es sólo quien recorre 800 kilómetros, en el Camino se ha encontrado con gente de 80 años que caminaba lo que podía, hacían los tramos que podían y llegaban a Santiago con orgullo, satisfacción y emoción.
Crear la Asociación de Amigos del Camino cambió su vida. Al principio no pensaron en pedir subvenciones o ayudas, simplemente ofrecían atención a la gente, se encontraban con ellos en cafés. Más tarde un delegado de la Xunta de Galicia en Argentina les contactó y les ofreció colaborar con un centro gallego de Buenos Aires (el “Centro Lalín”) que desde entonces les permite disponer de un espacio los miércoles. Atienden, dan información a los peregrinos en función de los días de que disponen para ir al camino y de las rutas, entregan credenciales del peregrino, participan dando charlas relacionadas al Camino, ya sea en centros españoles que los convocan, festivales como el Buenos Aires Celebra Galicia, la Noche de los Museos, aconsejan…
Entre el 16 y el 18 de noviembre han organizado el primer curso en Argentina para Hospitaleros Voluntarios en conjunto con la Federación Española de Asociaciones del Camino de Santiago
Además salen a caminar en Buenos Aires para prepararse físicamente, e incluso tienen un proyecto como en Brasil para crear un Camino de Santiago preparatorio en Buenos Aires, un recorrido en la ciudad, recrear el Camino a lo largo de varias iglesias partiendo de la dedicada a Santiago. También les gustaría incluir otros lugares, como la ciudad de Mendoza o la provincia de Santiago del Estero, las dos bajo la titularidad de Santiago.
Difunden el Camino en todo el país, envían credenciales a diferentes lugares de Argentina, pero es cierto que ellos no dan la credencial a cualquiera, para hacerlo de forma responsable piden copia del pasaje y del documento de identidad y alguna información para asegurarse de que la gente va realmente a hacer el Camino.
El Camino es gran parte de su vida y lo seguirá siendo, le ha cambiado la vida y dado la posibilidad de crear algo y principalmente de ayudar a todos los que quieren ir al camino y no tienen suficiente información. También anima a la gente que quiere ir al camino, les dice que no hay barreras, que cada uno puede caminar y hacerlo de la manera más adaptada a su situación personal.
Ahora, por ejemplo, va a ir con un grupo a la Via Francigena -que ya recorrió en 2015- y después a Rieti para caminar por el camino de San Francisco y llegar desde allí a Roma o tal vez la Vía Amerina.