Conoció el Camino de Santiago gracias a un compañero de trabajo, le habló del Camino en el año 2000. Volvió a encontrarse con el Camino en 2008, cuando viajaba con amigos con los que había estudiado en la escuela, celebraban 40 años desde que terminaran e hicieron un viaje por Eslovenia. En ese viaje coincidió con una amiga –que además es su consuegra-, quien le dijo que una hija suya había hecho el Camino, las dos decidieron que lo harían juntas y en 2009 se lanzaron a la aventura.
Comenzaron en Saint-Jean-Pie-de-Port. Eran dos mujeres con hijos y nietos y casi sin preparación física, pero disponían de 36 días para hacerlo. Su amiga estaba ya retirada, ella todavía trabajaba para un banco francés pero consiguió los días necesarios.
Empezaron a mediados de agosto y terminaron a finales de septiembre, todo salió tan bien que les sobraron días y continuaron caminando hasta Finisterre. Les encantó la experiencia de la peregrinación, la gente, la naturaleza. Los problemas de la vida diaria desaparecían y podían reflexionar y rezar, porque las dos son religiosas.
Recuerda que al comienzo sufrió mucho en el Camino, tuvo ampollas, pero siguió caminando y poco a poco fue sintiéndose mejor. Sabe que tuvo suerte, porque recuerda a una amiga del Camino que tuvo problemas más serios y tuvo que dejarlo.
Desde el comienzo de su peregrinación supo que aquello era perfecto para ella, que querría caminar más, hacer más caminos. Se enganchó desde el primer momento. Y no fue ajena su religiosidad, se dio cuenta de que en el Camino es más fácil estar en contacto con el lado religioso.
En los últimos años ha recorrido multitud de Caminos de peregrinación, en España, Portugal, Italia y también en torno a su país. El Camino de Santiago tiene itinerarios que atraviesan toda Europa y ella se ha interesado por todos, particularmente por los que atraviesan su país y están conectados con vías de Italia y Francia.
Participan y están en contacto con una asociación de amigos del Camino de su país, se asociaron después de su Camino y han preparado muchos de sus caminos posteriores con ella, una asociación que además trabaja sobre la recuperación de las rutas que atraviesan el territorio esloveno. Su asociación tiene relación con muchos grupos en Italia y con frecuencia reciben invitaciones para ir al Camino.
En la Península Ibérica ha recorrido el Camino Portugués desde Porto, el Camino Primitivo y el Camino del Norte. Pero ha caminado sobre todo desde Eslovenia a Italia y dentro del territorio italiano: recorriendo vías de peregrinación como el Camino Celeste, la Via Romea Germanica entre Padua y Roma (llega desde Alemania) y en 2016 –Jubileo extraordinario- caminó desde Liubliana hasta Roma con un grupo pequeño, de 10 personas, tuvieron problemas y abandonos, pero caminaron por la Vía Romea Germánica hasta la Vía Francigena y lo consiguieron.
También ha realizado peregrinaciones marianas: caminó 600 kilómetros con su amiga desde Eslovenia a Međugorje, lugar de Bosnia Herzegovina en el que se produjo una aparición de la Virgen.
Piensa que cada Camino es diferente, aunque repitas la misma ruta. Siempre encuentras el tiempo para estar contigo misma, para limpiar la mente y encontrarte con la gente y la naturaleza. En Italia camina con grupos, a veces de 10 personas, personas que vienen de diferentes mundos, a veces es difícil pero suele funcionar.
En su primer camino ella durmió en albergues, ahora prefiere pensiones u hostales para tener habitaciones individuales. Suele organizar un poco su camino pero no cierra nada, llama el día antes para reservar. Por ejemplo, este año están en Santiago justo antes del Apóstol pero no fue algo planeado, simplemente ocurrió. Y una vez en Santiago se emociona, sigue emocionándose siempre al llegar a Santiago y a la catedral.
Cree que los caminos la han hecho más fuerte y más feliz, le han enseñado a ser más paciente, tiene a sus hijos con sus familias en casa y necesita paciencia. Su hijo ha hecho el Camino en Eslovenia. Sin embargo sus maridos no caminan nunca con ellas, de modo que el Camino se ha convertido para ella en un mundo de mujeres, de amigas, uno de sus grupos en Eslovenia es un grupo de mujeres.
Le gusta ayudar a gente que quiere hacer el Camino, explicarles cómo organizarse y animarles a ir. Ha hecho presentaciones en bibliotecas e iglesias sobre sus caminos. Y todavía tiene muchos proyectos y sueños de Caminos, entre ellos caminar a Jerusalén.
Para ella no es simplemente una cuestión del Camino de Santiago o algunas rutas, es el hecho de la peregrinación, la peregrinación es un mundo y ella se siente parte de él. Cree que es importante el relevo, es necesario que las asociaciones tengan relevo. Hay que mantenerlas.