Los peregrinos que deciden continuar su Camino hacia Fisterra-Muxía no tardan demasiado en encontrarse con un lugar de extraordinaria belleza arquitectónica y natural: Ponte Maceira, a apenas 8 kilómetros de Santiago. El lugar toma su nombre de su puente, uno de los principales de este Camino que, durante siglos, permitió a viajeros y peregrinos salvar el río Tambre, dando lugar a una pequeña población, monumental, hermosa, mágica.
El puente fue construido en el siglo XIII-XIV a petición del Arzobispado de Santiago. La arquitectura actual todavía conserva gran parte de esa construcción original medieval, con cinco grandes arcos apuntados de estilo gótico, a la que se han sumado algunos elementos posteriores, fruto de una reforma realizada en el siglo XVIII. Durante sus primeros siglos de existencia constituyó el principal paso que permitía cruzar el Tambre desde Santiago hacia las tierras del Norte.
Numerosas leyendas jacobeas hacen referencia a este puente, entre ellas uno de los episodios más conocidos de las peripecias sufridas por los discípulos de Santiago cuando buscaban un lugar donde enterrar al Apóstol. La leyenda cuenta como los discípulos de Santiago fueron perseguidos en esas tierras por soldados romanos y como, gracias a la protección divina, una vez éstos habían atravesado el viejo puente, cuando sus perseguidores se hallaban sobre él, se vino abajo haciéndoles caer e impidiendo que otros pudiesen continuar la persecución. Unto a esta leyenda, es bien conocido un episodio histórico que ocurrió en este lugar: la batalla que en el siglo XIII enfrentó a las tropas de Diego Xelmírez, arzobispo de Compostela, y los hombres de Pedro Froilaz de Traba.
Entre sus edificios existen varias casas de arquitectura tradicional con blasones o piedras de armas en sus muros. Destaca también el Pazo de Baladrón que, aunque bastante reciente, fue construido entre los años 1945 y 1955, posee una arquitectura monumental. Pero junto al puente, el verdadero tesoro del pueblo es su conjunto etnográfico de palomares, hórreos y molinos.
La arquitectura religiosa también tiene su lugar en Ponte Maceira. En el centro del caserío se alza una pequeña capilla dedicada a San Blas, obra del siglo XVIII, y se conserva también la iglesia románica de Santa María de Portor, original del siglo XII con una torre del siglo XVIII.
Foto: Hemos tomado esta imagen del proyecto Commons Wikipedia, su autor es Jule_Berlin.