Continuamos recorriendo los libros que componen el Códice Calixtino… El Libro II ocupa 16 folios (f. 139v – 155v) del códice, siendo el segundo más pequeño de los que lo componen. Tras el extenso libro I, dedicado a la liturgia y festividades de Santiago, el Libro II aborda otro tema central para un santuario de peregrinación: los milagros atribuidos al Santo.
Se trata de una colección de 22 milagros que Santiago el Mayor habría realizado en diversas regiones de Europa, algunos obrados en el mar a peregrinos que se dirigían o retornaban de otros centros de peregrinación.
Por su temática, se acerca a las otras colecciones de milagros recopiladas a través de los siglos XI y XII, entre las que destacamos la muy cercana de los milagros de Santa Fe de Conques. Constituye, por tanto, el origen del corpus de milagros de Santiago que se difundirá a lo largo de los siglos en diversas colecciones -como la célebre del dominico Santiago de la Vorágine- y, sobre todo, a través de la iconografía jacobea representada en pinturas, vidrieras y miniaturas presentes en iglesias, museos y colecciones de todo el mundo.
Antes de comenzar a narrar los milagros, el libro incluye un pequeño prólogo atribuido al papa Calixto II y un índice. Junto al citado Papa Calixto II, al que se atribuye la escritura de la mayoría de los milagros, aparecen citados también otros autores como: Anselmo de Canterbury, Beda el Venerable y un cierto maestro Huberto. Nos parece interesante incluir aquí el índice de los milagros, muchos de los cuales pueden ser fácilmente reconocidos por la breve descripción que figura en su título. Los milagros son los siguientes:
Capítulo I De los veinte hombres que liberó el Apóstol del cautiverio de los moabitas
Capítulo II. Del hombre a quien le fue borrada la mención de un pecado por disposición divina sobre el altar de Santiago
Capítulo III Del niño que el Apóstol resucitó de entre los muertos en los Montes de Oca
Capítulo IV De los treinta loreneses y del muerto a quien el Apóstol llevó en una noche desde los puertos de Cize hasta su monasterio
Capítulo V Del peregrino colgado a quien Santiago salvó de la muerte, aunque estuvo pendiente en el patíbulo treinta y seis días
Capítulo VI Del poitevino a quien el Apóstol dio como ayuda un ángel en la figura de un asno
Capítulo VII Del marinero frisón, a quien vestido con su casco y escudo sacó el Apóstol de lo profundo del mar
Capítulo VIII Del obispo que, salvado del peligro del mar, compuso un responsorio a Santiago
Capítulo IX Del soldado de Tabaria a quien el Apóstol dio poder para vencer a los turcos y le liberó de una enfermedad y del peligro del mar
Capítulo X Del peregrino caído al mar a quien el Apóstol llevó hasta el puerto sujetándole por la nuca durante tres días
Capítulo XI De Bernardo, a quien el Apóstol sacó milagrosamente de la cárcel
Capítulo XII Del caballero a quien el Apóstol libró de una enfermedad por el toque de una concha
Capítulo XIII Del caballero Dalmacio, a quien el Apóstol rindió justicia gracias al peregrino Raimberto
Capítulo XIV Del negociante a quien el Apóstol libró de la cárcel
Capítulo XV Del caballero a quien Santiago salvó en la guerra, cuando sus compañeros estaban ya muertos o hechos prisioneros
Capítulo XVI Del caballero quien en agonía de muerte y oprimido por los demonios, liberó el Apóstol por medio del báculo de un mendigo y el saquito de una mujer joven
Capítulo XVII Del peregrino que, por amor del Apóstol, se mató por instigación del diablo, y que Santiago le volvió de la muerte a la vida, con la ayuda de la santa madre de Dios
Capítulo XVIII Del conde de San Gil, a quien el Apóstol abrió las puertas de hierro de su oratorio
Capítulo XIX De Esteban, obispo griego, a quien Santiago se apareció y reveló cosas futuras desconocidas
Capítulo XX De Guillermo, caballero cautivo, a quien un conde pegó con su espada en el cuello desnudo sin poderle herir
Capítulo XXI Del lisiado, a quien se apareció el santo Apóstol en su basílica y en seguida le devolvió plenamente la salud
Capítulo XXII Del hombre que fue vendido trece veces y otras tantas liberado por el Apóstol