“Palabras en el Camino” es un recorrido a través de más de cinco décadas de textos dispersos, charlas, presentaciones, introducciones… Un trabajo riguroso y sentimental que su autor realizó durante el forzado encierro del Covid-19, “esa moderna peste”. Se trata pues de textos dispersos, pero con algunos elementos en común: por un lado, su carácter no tan académico los acerca más a lo personal y autobiográfico; por otro lado, los finalmente seleccionados para el volumen están vinculados a actividades o publicaciones que tuvieron lugar en España.
Tal y como dice Paolo Caucci en su introducción, el resultado que ahora presentamos refleja: “una historia paralela llena de hechos reales que muestran cincuenta años de vida en archivos, bibliotecas, redacciones de revistas, fundaciones de hospitales para peregrinos, reuniones, comités… Una vida compartida con la gente del Camino, ya sean hospitaleros, peregrinos o investigadores”.
Este recorrido, casi una memoria, nos muestra no sólo la dimensión investigadora del autor y su presidencia del Comité Internacional de Expertos del Camino de Santiago, que recientemente le valió la Medalla de Galicia, sino también su vinculación con el asociacionismo jacobeo, su refundación y presidencia de la Confraternita di San Jacopo y, en fin, su vínculo más humano con el Camino: las amistades forjadas y mantenidas.
Los textos de este libro nos llevan pues a las diversas dimensiones de la relación de Paolo Caucci con el Camino, comenzando por su encuentro con la ciudad de Compostela siendo lector de italiano en la universidad y su primer Camino como peregrino ¡en 1968! Queremos subrayar que los recuerdos que el autor evoca en esos textos, constituyen hoy un tesoro para comprender cómo eran la ciudad y la vida en Santiago a finales de los años 60, así como para conocer a las personas que por entonces estaban vinculadas al Camino. Por un lado, en la ciudad de Compostela, el autor subraya el papel crucial que tuvo su encuentro con Manuel Remuñán Ferro, pero también la importancia de sus conversaciones con Cecilio Díaz y Díaz, así como el hecho de que la ciudad y el Camino favoreciesen encuentros con estudiosos extranjeros como Robert Plötz, quien hasta su reciente fallecimiento ha sido su gran amigo, compañero en mil proyectos, congresos y publicaciones. También recupera los nombres y las historias de algunos pioneros de la actual revitalización de las peregrinaciones a Santiago que, a finales de los años 60, trabajaban a pie de Camino: Pablo Payo, Francisco Beruete, Antonio Roa y, sobre todo, Elías Valiña Sampedro.
Junto a Compostela, hay otro lugar del Camino que toma un gran relieve en este libro: el albergue de San Nicolás de Puente Fitero y, a través de él, Castrojeriz y Burgos. Este núcleo se presenta como una segunda patria de Paolo Caucci en España y aparece en numerosos textos dedicados a la recuperación e historia del hospital de peregrinos de San Nicolás. La historia de San Nicolás es contada como lo que fue: un sueño que se hizo realidad. A través de las páginas del libro asistimos al primer encuentro del autor con la vieja iglesia románica en 1968, apenas unos muros derruidos y sin techo –“un hotel de mil estrellas”-, a las mil vicisitudes y amigos que hicieron posible su cesión a la Confraternita di San Jacopo, al trabajo de restauración con los estudiantes de la Universidad de Perugia en los primeros años 90, a la marea de voluntarios de la Confraternita, de apoyos de vecinos y amigos de Castrojeriz y Burgos… y, una vez más, a las amistades establecidas y mantenidas en el tiempo: Pablo Arribas Briones, Eduardo Francés, Ovidio Campos.
En fin, los nombres y los recuerdos se multiplican en los textos y los agradecimientos: peregrinos, hospitaleros, religiosos, políticos, académicos, estudiantes y alumnos… Y, ciertamente, su mujer, Clara Lucattelli, a quien todos los que pululamos por este libro y nos sentimos parte de él, conocemos y apreciamos tanto como a Paolo.