La pequeña iglesia de San Nicolás de Puente Fitero, la “ermita” para las gentes del lugar, es uno de los lugares más conocidos y queridos por los peregrinos jacobeos. Se trata de una antigua fundación de la Orden de Malta situada en el municipio de Itero del Castillo, en la provincia de Burgos, pero, sobre todo, de uno de los albergues de acogida tradicional más célebres del Camino de Santiago.
El albergue de San Nicolás de Puente Fitero fue un proyecto de Paolo Caucci von Saucken, presidente y fundador de la Confraternita di San Jacopo de Perugia (asociación italiana de peregrinos), pero también eminente investigador y experto de las peregrinaciones. Enamorado del lugar desde sus primeros caminos, Paolo Caucci von Saucken emprendió campañas de restauración del edificio con algunos miembros de la cofradía y -siendo profesor universitario- algunos de sus alumnos, muchos de ellos ya entonces peregrinos a Santiago, otros lo serían más tarde.
En 1994 el albergue fue inaugurado, contando desde entonces con hospitaleros mayoritariamente italianos, voluntarios de la Confraternita que cada día, entre los meses de abril y octubre, ofrecen cama, cena y desayuno a un pequeño grupo de peregrinos, peregrinos que deben estar dispuestos a vivir ese tiempo en las condiciones materiales de hace siglos (el albergue no dispone de luz eléctrica), pero que a cambio acceden a una experiencia espiritual y de acogida fraternal.
Con frecuencia la Confraternita desarrolla servicios religiosos en la iglesia y, siempre, dispensa una acogida cristiana que sigue las directrices dadas por la Orden Benedictina y recogidas en el Códice Calixtino: acoger al peregrino como si del mismo Cristo o Santiago se tratase. Pero, sobre todo, es bien conocido que los cofrades italianos ofrecen al peregrino el célebre rito del lavado de pies, antigua tradición vinculada a muchas órdenes hospitalarias en el pasado, sobre todo a aquellas que seguían a la de San Agustín.
Respecto a su historia y arquitectura, su origen se encuentra posiblemente en los siglos XII y XIII, siendo su fábrica de estilo Románico con una sola nave. Su pertenencia a la Orden de los Caballeros de San Juan, más tarde conocida como Orden de Malta, está documentada y vinculada a la presencia del cercano Puente Fitero sobre el río Pisuerga, infraestructura de gran importancia que unía los reinos de Castilla y León y, hoy día, a las provincias de Burgos y Palencia. Los caballeros de San Juan se habrían ocupado de mantener el puente en buen estado, facilitando el paso de los peregrinos y ofreciéndoles también su hospitalidad.
Foto: Hemos tomado esta imagen del proyecto Commons Wikipedia, su autor es Timiotatongenos.