En medio de las montañas no es en este caso una descripción metafórica, el monasterio de San Juan de la Peña se encuentra literal y espectacularmente en medio del Pirineo Aragonés, en las faldas de su Monte Oroel. Pocas veces arquitectura y naturaleza se han fundido de modo tan orgánico y armonioso.
La arquitectura del viejo monasterio medieval es una joya del Románico y primer gótico, en la que todavía hoy pueden verse testimonios los sucesivos talleres y artistas que en él trabajaron entre los siglo XI y XIII. Notable es su arquitectura pero también su escultura y los abundantes restos de pinturas medievales que todavía conserva. Por todo ello San Juan de la Peña es hoy monumento histórico-artístico protegido.
La iglesia del viejo monasterio cuenta con una parte inferior de estilo mozárabe que data nada menos que del año 920, mientras que la iglesia superior de estilo románico custodia el panteón de los reyes y la nobleza de la Corona de Aragón, con magníficos sepulcros de los siglos XI-XII. El claustro, igualmente de estilo románico, utiliza la roca de la montña como cubierta o bóveda, “la peña” a la que hace referencia su nombre.
Al célebre monasterio medieval se suma el conocido como Monasterio Nuevo, que a pesar de su nombre data del siglo XVII. Junto a esta nueva arquitectura conventual se conservan también otras iglesias medievales que en su día fueron parte del conjunto original: las iglesias de San Caprasio y de Santa María, ya en el cercano núcleo de Santa Cruz de la Serós, ambas de estilo Románico.
Hemos tomado esta imagen del proyecto Commons Wikipedia, su autor es Aracajal.