José está muy implicado con el Camino de Santiago. En su país pertenece a dos asociaciones diferentes: la Associação Espaço Jacobeus (Confraria de São Tiago) y la Associação de Peregrinos Via Lusitana. Es también socio y hospitalero de la Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago (AGACS). Es católico y Espaço Jacobeus es una asociación abiertamente religiosa, pero también trabaja y se implica con la peregrinación en aspectos más prácticos.
Desde que tuvo noticia del Camino y de la ciudad de Santiago le encantó la idea, le gustó todo, la vinculación al Apóstol, la ciudad y su catedral. Vino varias veces en coche a visitar la catedral con devoción -al igual que es devoto de Fátima y visita su santuario-, pero cuando venía veía a los peregrinos que llegaban caminando y se daba cuenta de que había mucho más.
Fue hace 6 años cuando se decidió a hacer el Camino por primera vez. Empezó en Valença y lo recorrió siempre con lluvia. Se recuerda a sí mismo con el bordón y la capa, mirando la ría de Vigo y con su corazón muy feliz pensando: estoy aquí, sin el confort de casa, llueve sin cesar, pero me siento muy feliz. ¿Por qué? Cree que la respuesta incluye su religiosidad, el hecho de que en el Camino puede rezar y vivir una experiencia religiosa muy intensa, pero también están los peregrinos, la convivencia con los peregrinos
Desde que recorrió su primer Camino ya no paró: hizo el Camino Portugués Central desde Porto y continuó recorriendo las rutas de Portugal y Galicia. También caminó a Fátima, que es un recorrido más por carretera que puede recorrerse desde Santiago ya que está bastante bien señalizado. Pero aclara que el peregrino de Fátima es muy diferente del peregrino a Santiago. En el caso de Fátima la mayoría son católicos y recorren el Camino para cumplir una promesa o voto, además lo suelen recorrer en grupos, lo que interesa no es la experiencia individual del Camino sino llegar y cumplir la promesa. En el Camino de Santiago hay mucha más diversidad de experiencias, ateos, agnósticos… en Fátima casi todos son católicos practicantes.
También ha peregrinado con su mujer. Los dos caminaron desde Fátima a Coimbra, pero desde allí él siguió solo hasta Porto. Su mujer se volvió a reunir con el en Valença y, desde ahí, caminaron juntos hasta Santiago. José Cree que el Camino Portugués está bien señalizado en todos sus tramos, pero entre Coímbra y Porto hay demasiada carretera y muchos menos peregrinos, desde Porto es diferente, el Camino es muy hermoso y hay muchos más peregrinos. Eso sí, José cree que hay muchos turistas en el Camino, pero también cree que es posible que quienes comienzan comportándose como turistas acaben siendo peregrinos.
Además de peregrino y persona implicada en el movimiento del asociacionismo jacobeo, José es cofrade de la Archicofradía de Santiago, hermano de la Cofradía de Santa Clara de Coímbra, delegado en Coimbra de la Associação Espaço Jacobeus y tiene una gran experiencia como voluntario: como hospitalero y en la Oficina del Peregrino de la Catedral de Santiago.
Comenzó a ser hospitalero voluntario porque le encantó la forma en que fue acogido en el albergue del Monasterio de Herbón durante su estancia como peregrino, hace ya 5 años. Cree que uno quiere ser hospitalero para dar lo que recibió, pero también para dar lo que no recibió y le hubiera gustado recibir.
Para afrontar su trabajo como hospitalero hizo un curso con la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago. Después fue a Salamanca, en la Vía de la Plata, y a Albergaria a Velha (varias veces), a un albergue de la asociación portuguesa Via Lusitana que está a media distancia entre Coímbra y Porto. Más recientemente, el año pasado, estuvo como hospitalero en el albergue del Monasterio de Herbón.
Todas sus experiencias como peregrino y como hospitalero suelen centrarse en el Camino Portugués. Le interesa mucho y hay mucho trabajo que hacer porque cada vez hay más peregrinos, sobre todo desde Porto, pero también desde Lisboa, porque es fácil llegar en avión a esas ciudades. El flujo importante sigue siendo desde Porto, pero cada vez hay más extranjeros que eligen una ruta de largo recorrido, son los portugueses los que caminan más desde Oporto.
Como hospitalero también conoce los problemas actuales del Camino. Por ejemplo la nueva ley de protección de datos, que hace posible que un peregrino llegue a un albergue con una credencial sin cubrir, sólo con su nombre de pila. Es necesario que eso no ocurra, pedirles que cubran los datos y estén identificados es necesario para evitar el problema del turismo en el Camino y la picaresca.
Respecto a los precios de los albergues, le gusta que existan gratuitos y de donativo, pero hace una diferencia importante entre ellos: cree que el donativo es importante porque es la forma de hacer frente a los gastos de manutención del espacio.
El año pasado decidió que quería vivir también la experiencia de ser voluntario en la Oficina del Peregrino, una experiencia que es posible a través del programa de Acogida Cristiana en el Camino. Ahora acaba de terminar su segunda experiencia como voluntario en la Oficina, es una experiencia muy diferente de la del hospitalero porque no se convive con los peregrinos pero le interesa mucho. Todos los años hay colas de peregrinos y hay que atenderlos mientras las hacen, hablar con esos peregrinos llegados de todo el mundo. Le gusta mucho ese servicio, mirar y atender lo que necesita cada uno.